Jornada de Formación 2019
Desde el presente que estamos viviendo en las Familias Carismáticas, tenemos la oportunidad los seglares de “mirar al pasado con gratitud y ver los procesos vividos en la Institución: la formación en el carisma, las experiencias de acompañamiento, la experiencia de un grupo comunitario...
Desde este camino recorrido juntos, religiosos/as y seglares podemos tomar conciencia de la creatividad que se ha desplegado los últimos años, también de las dificultades que se han tenido que afrontar y cómo se han ido superando, abriéndose un horizonte nuevo, “un camino de esperanza”.
Tenemos muchos motivos, desde este recorrido personal y comunitaria, para alabar a Dios y darle gracias por todos sus dones. Desde la realidad rica que vamos viviendo en cada Familia Carismática, tenemos el reto de abrirnos y “abrazar el futuro con esperanza”, un futuro que nos permitirá seguir escribiendo juntos/as una nueva historia, porque es hacia ese horizonte de esperanza a donde nos conduce el Espíritu para continuar haciendo cosas grandes con nosotros (seglares y religiosos), como hizo un día en María.
“La fuerza del Espíritu, en el Sí de María, alumbró el amanecer de un tiempo nuevo. Esta misma fuerza y energía creadora sigue generando en muchos seglares entusiasmo, coraje y el gozo que nace de la esperanza.
Nos sostiene y dinamiza para vivir con hondura y sentido. Nos impulsa a ensanchar nuestros horizontes conocidos, a arriesgar lúcida y responsablemente, a vivir en disponibilidad, a creer que siempre es posible ir más allá, a, confiadamente, seguir adelante”
Desde este camino recorrido juntos, religiosos/as y seglares podemos tomar conciencia de la creatividad que se ha desplegado los últimos años, también de las dificultades que se han tenido que afrontar y cómo se han ido superando, abriéndose un horizonte nuevo, “un camino de esperanza”.
Tenemos muchos motivos, desde este recorrido personal y comunitaria, para alabar a Dios y darle gracias por todos sus dones. Desde la realidad rica que vamos viviendo en cada Familia Carismática, tenemos el reto de abrirnos y “abrazar el futuro con esperanza”, un futuro que nos permitirá seguir escribiendo juntos/as una nueva historia, porque es hacia ese horizonte de esperanza a donde nos conduce el Espíritu para continuar haciendo cosas grandes con nosotros (seglares y religiosos), como hizo un día en María.
“La fuerza del Espíritu, en el Sí de María, alumbró el amanecer de un tiempo nuevo. Esta misma fuerza y energía creadora sigue generando en muchos seglares entusiasmo, coraje y el gozo que nace de la esperanza.
Nos sostiene y dinamiza para vivir con hondura y sentido. Nos impulsa a ensanchar nuestros horizontes conocidos, a arriesgar lúcida y responsablemente, a vivir en disponibilidad, a creer que siempre es posible ir más allá, a, confiadamente, seguir adelante”
Mª R. Mariña Ríos Álvarez, odn
Es Dios quien nos dará:
“Un futuro lleno de esperanza”,
en el que
seguir soñando y recreando
cada una de nuestras Familias
Carismáticas
para estar al servicio de nuestro mundo
y construyendo
el Reino De Dios.